
DUBITACIONES
Por menos de treinta monedas de plata se incuba
una traición
CATARSIS DEL ALMA
Se enamoró de un extraño, de sus ajenjas lisonjas brotaron mieles que penetraban hasta el líbido de sus labios ocultos. Y, soslayando lo ajeno de sí misma o de sí mismo, incubando un anhelo sembró espinas y abrojos en las melgas de su amor. Hizo de tiempos hermosos y verdaderos una bruma llena de hirientes espinas. Hizo añicos las remembranzas, oculta u oculto y disfrazada-o de turbante, emulando ejemplos de tiempos idos tras causas inquietas de gravoso silencio. Grabó esculpiendo como en piedra de granito una historia de lamentos para justificar los daños que causarían sus motivaciones y el disfrute de su morbo. Y, ni corto ni perezoso el extraño, el ajeno o ajena de sus pensamientos y momentos cayó en la cuenta. Así, entre flirteos y palabras melosas lograba entrar en su espíritu abandonado a la entrega. En arritmias de su corazón buscó una dicha equivocada, un placer en labios clandestinos. Mientras tanto, una bondad deshonrada se acogía a los pensamientos. Poco a poco la ingenuidad soltó puntas de madejas y fue sembrando una duda. Los instantes lapsus se fueron transformando en circunstancias y dilucidados momentos. Una caja de pandoras se abría y se ataban situaciones con cordones de imaginados motivos y desazones. Se enamoró de un extraño o extraña rechazando al paradigma de sus pensamientos, aceptando regalos perversos y olvidando al compañero por el que forjó sus anhelos, su fe y su esperanza existencial de tiempos añejos.