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HACIENDO LEÑA DEL ÁRBOL
                       CAÍDO
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Todos nosotros, en todas partes del planeta conocemos sobre las desgracias por las que están pasando los venezolanos migrantes y los que no han podido salir de su país asediados por el hambre y la miseria a que han sido abocados por el régimen de genocidas que como asociación de forajidos gobierna en Venezuela. Lamentablemente, muchos de los Comerciantes en Colombia y otros países a los cuales viajaron los venezolanos se valen de las necesidades de estos para negarles el justo precio por el desempeño laboral en diferentes oficios o actividad laboral. Estos Comerciantes que días previos a las Navidades se vistieron de cristianos y adoradores de un niño Dios, un Dios de bolsillo, fingiendo ser adeptos a las causas de aquél Salvador que treinta y tres años después de su nacimiento les llamó hipócritas y raza de víboras, que refiriéndose a ellos les dijo más fácil pasaba un camello por el ojo de una aguja (puerta estrecha) que alguno de ellos ganar la salvación con todos sus bienes.
Hoy, desoyendo la voz de la conciencia, burlándose de ese Dios al que creen engañar, olvidan que una de sus enseñanzas predicaba en el amor, a la justicia social como requisito para ser buen cristiano, indicando que el trabajador es digno de su salario (1Tim. 5:18). Hoy se valen de las necesidades de los venezolanos para usufructuar ilegalmente el sudor de las frentes de estos como fuerza laboral. Les explotan inmisericordemente, no les ofrecen las prestaciones laborales, se las ocultan y niegan. No les conceden día de asueto semanal, tiempos reglamentados por ley, tiempos con pagas adicionales por excesos de horas trabajadas, horarios reglamentados y no son empáticos y condescendientes como patrones. Simplemente se enriquecen a coste de sacrificios y abusos ilegales contra estos migrantes en desgracia. Los acucian o asedian, los maltratan y ofenden, les menosprecian incluso a profesionales que se han visto en la necesidad de salir de Venezuela y que necesitan trabajar para sobrevivir en tierras a veces de xenófobos que se creen superiores o la gran cosa. Repudio a esta clase de individuos que en modo alguno son mejores por estar en mejor posición económica que sus empleados. Repudio sus actitudes, el oportunismo ególatra de que se valen para robar sudores ajenos en pro de la avidez condenada por aquél hijo de Dios que celebran en Navidades auto-engañándose y creyendo que lo engañan a él. ¡Raza de víboras, no sean tan malos ni tan injustos!. Paguen el salario justo y no roben sudores ajenos. Cumplan con sus deberes y obligaciones como Dios manda, no sean tan esquilmadores, estafadores. Y si pretenden hacer creer que son cristianos, que se les note el cristianismo basado en el amor que NO SE REGOCIJA CON LAS INJUSTICIAS, QUE NO SE PORTA INDECOROSAMENTE, NO SEAN TAN CONCUPISCENTES Y DEPREDADORES. NO ABUSEN Y NO SIGAN HACIENDO LEÑAS DEL ÁRBOL CAÍDO QUE EL TRABAJADOR ES DIGNO DE SU SALARIO.

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 DUBITACIONES- ENSAYOS

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