



DUBITACIONES
Está claro y aceptado que no soy un dechado de perfecciones, ni física ni espiritualmente. Soy dueño de lo que callo y esclavo de lo que digo y hago. Aunque me considero alineado con el grupo de los menos equivocados, no dejo de ser y estar equivocado porque la imperfección del ser me obliga. No considero tan acertado el enunciado de William Shakespeare cuando infiere que hay que ser o no ser. Ello, porque no se es, por voluntad propia y si soy no sabría porqué. No ser, es un grado muy absoluto e irresoluto, porque nadie está totalmente equivocado y nadie en absoluto está totalmente aclarado en vista de que todos de alguna forma, manera o en alguna circunstancia hemos estado equivocados y hasta es probable que vivamos equivocados, hasta que por algún motivo logremos deshacernos de parte de ello. De esto se desprende que es casi imposible ser y es casi imposible no ser. En cada situación parece que hay un grado intermedio de imperfección que mediatiza ambos extremos en: Ser o no ser. Todo esto implica, que no soy la panacea que todo lo convierte en oro. No estoy exento de cometer errores y de hecho los he cometido y no se cual sería el próximo, después del último error que cometí. Conviene a mis intereses no recordar precisamente cuál fue mi último error cometido. Sin embargo, puede que tras cometerlo haya decidido no ser recurrente que tal vez esa virtud me asista. Es deseo vehemente en mi espíritu no tropezar dos veces con la misma piedra y deseo valerme de la mente para evitarlo en vista de la capacidad que tiene esta de reinventar situaciones en aras de la recordación para que suceda precisamente lo deseado: Levantar los pies al llegar hasta ese camino y encontrarme con la piedra que antes fue tropiezo para mis pies. Vivo en constante estado de alerta y no me considero ingenuo, antes, camino con las suspicacias metidas en mis pensamientos y dubitaciones. Me sirvo del escepticismo también para que siendo sencillo, sea a la vez precavido y mejor aún, cauteloso. Es deseable estar asido de estas características, en vista de que la maldad ha proliferado y en cualquier lugar puede haber peligro inminente, en cualquier discurso un engaño, en cualquier bondad un interés y en cualquier favor un compromiso eterno. Amo por concepto de reciprocidad porque el amor es un sentimiento de ida y vuelta, no es unilateral. No creo todo lo que oigo y escucho, no creo todo lo que observo y veo porque no todo lo que brilla es oro. Poseo extraordinaria facultad de percepción extrasensorial que asumo basada en analogías conceptuales, de formas y maneras. De tal suerte, que utilizando elementos que me concede la razón logro descifrar metáforas e incógnitas que se presentan cuando menos esperadas. Hago todo cuanto está a mi alcance para hacer valer mis razones y si transijo no será porque claudique sino porque halle punto intermedio no compromisario de mis razones. Lo cortés no quita lo valiente y me toca ser cortés sin tener que transigir. No por ello soy prepotente y mucho menos megalómano, no me sirven los sayos. Se dice que el que calla otorga y estoy en la disposición de discrepar también con ello, que a veces callamos para el interlocutor, pero en nuestros fueros vamos pensando y reclamando de nuestras virtudes sus verdades y asegurando a nuestros espíritus sus bases cognitivas con reforzados soportes. A veces callamos, pero no porque otorguemos. Lo hacemos para no entrar en discusiones estériles y por no tener que dar sentido a discursos que no conducen a nada como no sea a la exacerbación de ánimos, nada deseables. Si amo, me entrego sin reservas a las causas del amor, a sus bondades, sus justicias, sus lealtades y a sus principios. Voy trasegando por la vida como individuo que se debe a todos y a nadie. No me considero vanidoso, no soy ostentoso y no busco afanosamente reconocimientos. Haga lo que haga, no persigo las glorias con equivocaciones que me induzcan a dejar de vivir para lograrlas. A pocos le importará si soy o no soy, si estoy o no estoy, si persigo y no alcanzo, si alcanzo sin perseguir. Cuando he triunfado, me llovieron amigos, cuando fracasado me han llovido indiferencias. Cuando se muere triunfando, son muchos los hijos del muerto. Cuanto tienes… tanto vales. El peor enemigo que tienes a tu lado es la persona que dice que te ama… de vez en cuando. Es la persona que mira a través de los ojos de tus causas percibiendo sus efectos. Es la que se atemoriza cuando observa nublado el cielo y cree que lloverá de todos modos, es la que pierde la fe porque sus expectativas carecen de esperanzas y la que no tiene opciones para seguir acompañándote y apoyando tus proyectos porque todos le parecen inviables. Cuando el menosprecio es un escollo, se acabaron las manzanas en el paraíso y las espadas se cruzan en el umbral de la puerta, hay rocas en el camino o el manantial ya no surte de aguas frescas.

