Abordé un navío con destino cierto, pero aventurando mi espíritu en mares desconocidos que resultaron ser tempestuososo. Sin saber de tiempos y sinsabores, mi alma se debate entre ocres y compromisos no deseados. Aquí, en pleamares enhiestos se abrazan mis manos a la esperanza, pero en medio de ella y por momentos desfalleciendo mi corazón que reclama entre quimeras y nostalgias, el porqué de mi aventurada empresa. Huyo de la respuesta y de asirme en las aguas que se escapan de entre mis manos para no hallar respuestas o callar. Y, me acompaño en la industria con Minerva ante la mirada lúgubre de Diana que me niega un remedio por causa de hipocresía. Como el náufrago de Gracián, pero sin hallar sustento. Bebiendo de ocres, salados y amargos tragos resisto los embates acuosos encrestados y erguidos contra mi conciencia. Resisto en medio de la indiferencia de Diana y su amor de embuste mascullado entre  incisivos dientes, asqueando el faisán por deseado. Así, inmerso en este mar de engaños, como un tropiezo vapuleado de mentiras y profundidades inciertas, se revuelca de ansias mi corazón, de ánimos adversos mi espíritu y desazonada el alma me oculto del rictus, de las miradas aviesas, de la hipocresía, del mal que ha provocado esta aventura angustiosa. Soy como nave sin anclas que encallar deseo en las arenas de una playa. Voy cargando el lastre  de culpas encauzadas y sintiendo saetas percibidas en la espalda. Ya la saciedad  es parte del servicio, adrede y en ocasiones al que quiere caldo se le dan tres tazas. Oculto entre las aguas muriendo de ahogos y casi rendido entre batallas que insiden en el cauce de mi alma. Anhelando a Ixtaca como laodiseo por causa de Penélope. Penélope que teje y deshace con hilos de fe y de esperanzas. Allí donde anclaron mis pies pisando el suelo. Si eres el Creador ¡Oh Dios!, líbrame de angustias y elévame hasta sus brazos depositando mi alma, mi espíritu y mi cuerpo en su regazo. Allí donde anida la esperanza y el anhelo por mi presencia. Envuelveme en sus besos y quítame esta expiación de pecados. En el nombre de tu hijo te lo pido con la fe del amén pronunciado y dado por hecho.