



Buscando en la naturaleza inhóspita un lugar, he llegado hasta aquí para esconderme y no me encuentres. Oigo el sonido capaz de ir en silencio y sigiloso, que me invita a reflexionar con el espíritu adormecido en soliloquio por la paz que se siente y respira en este lugar. Vine a pensar en ti y no se como empezar. Tendré que unirme al paisaje como si fuera parte de él, para sentirme solo como estaba el bosque poco antes de llegar a solas con mis pensamientos. Debo prefigurar en mis pensamientos mis quimeras porque traigo algunas melancolías conmigo, y las quimeras son anhelos que permanecen con nosotros aún en medio de la desesperación. También me hice acompañar de angustias, precisamente por ello, por que aprehensivas vienen con mis anhelos como espacio introspectivo a dubitar con mi espíritu un remedio contra las amarguras. Y es, que al no querer que me veas llorar y preguntar porqué, puedo hacerlo en este inhóspito lugar. Aquí sin tu presencia me hurgo, buscando retrospectivas bondades para mis aprehensiones de cara a mi ausencia de ti en poco tiempo. Cómo me ausento, no se. El tiempo y las circunstancias en las que me pueda encontrar tienen escondidas las respuestas. A eso vine, por ello buscaba hasta hallar este espacio. Aquí puedo escuchar las arritmias de mi corazón y oír los reclamos de mi alma; pensar en medio de la inquietud y las angustias qué será de mi, de nosotros. Cuales son las conveniencias si algunas y si puedo contar con el consenso de tu corazón y de tu alma. No estoy seguro de lo que piensas y lo que anhelas tras esa ausencia, y si has pensado en ello con cual premisa, disyuntiva o verdad en tu espíritu. Tres circunstancias me acechan y dos de ellas son atenuantes, la tercera es incierta y es la que me llena de sentimientos y angustias con cada día que pasa. Estoy vivo, pero muriendo y realmente angustiado si me veo desafortunado sin tu presencia en mi vida. Le tengo miedo al destino aunque busque en este lugar tranquilo una fe que me llene de esperanzas. Quiero morir en tus abrazos después de acompañarte por la vida. Quiero acompañarte siempre, estar a tu lado en todos tus momentos... hasta el fin, hasta la eternidad de la vida que termina en la muerte. Este es el escondrijo de mi espíritu y vine a él sin saber que existía, porque estando a tu lado en este instante que escribo, no sientes algunas lágrimas bajar de mis ojos, pero sé que acudirás aquí, a este lugar, como acudí yo, porque después de todo tu alma buscará mis huellas y estas te traerán a este inhóspito lugar. Entonces comprenderás cuán profundas fueron mis angustias y cuán profundo mi amor por ti. Dios te bendiga... amor.
EN ESTE LUGAR



