

EL TOMA Y DAME DE ARANCELES ADUANEROS CAP. 1

EL TOMA Y DAME DE ARANCELES
ADUANEROS.
Se está configurando una inflación económica Universal de cara al enfrentamiento entre potencias del mismo orden tecnológico: La China y Los Estados Unidos de América son dos de esas potencias. Las influencias determinantes de ambos países en las economías de los demás en el planeta es obvia, porque vivimos en un mundo muy comunicado e interdependiente. Y debido al cambio en los sistemas de mercadeos Universales, que otrora vez se servían del feudalismo, el mundo mercantil está totalmente globalizado. El antiguo sistema feudal de mercadeo mantenía a raya a un libre y neoliberal sistema con el mismo proteccionismo reclamado actualmente por Estados Unidos al iniciar esta guerra económica, no solo contra La China, sino contra casi todo país suplidor de bienes . Los ejércitos laborales de antes pugnaban por las aperturas neoliberales debido a que crecían las fuerzas laborales que se hacían cada vez más disponibles y los ricos del patio en cada país se conformaban con mantener en reciclajes las economías como si fueran contubernios, so color de preservar en dinastías familiares sus inversiones de una sola vez. Por ejemplo: Un nuevo rico por heredad simplemente se dedicaba al usufructo de sus bienes ofreciendo servicios al consumidor y se conformaba con exiguas ganancias anuales. Esas ganancias eran depositadas en fondos de ahorros y demasiadas veces en cajas fuertes personales. No re-invertían ganancias. Conformes entonces con sus ganancias, no llevaban a cabo innovaciones en los mercados y salvo que el deterioro de equipos y maquinarias los amenazara con pérdidas, no re-invertían dineros de sus capitales líquidos. Así y con el dominio sobre nuevos políticos que asumían el poder, siempre trataron de evitar la entrada a nuevos empresarios extranjeros a la competencia de mercado. Nunca deseaban ser competidos y lograron durante muchos años mantener el sistema feudal de mercadeo reciclando los mismos capitales de origen. Eso implicaba, que en los países tercermundistas adeptos a esas causas feudalistas el PIB no crecía para beneficio de las fuerzas trabajadoras y lo poco que crecía era solo para las arcas de los ricos tradicionales. Donald Trump, presidente de EE.UU. es un adepto a las causas feudales porque teme por su propio capital y teme a una caída que percibe estrepitosa en la economía del país reflejada en el exigüo crecimiento del PIB, en la deuda pública extraordinaria y la cada vez más fuerte necesidad de aumentar el techo de esa deuda, debido a que son más los egresos gubernamentales que los ingresos por captación de impuestos e intereses. Donald Trump es tradicionalista y cree a pie juntillas, que la protección de sus mercados internos resolvería todo tipo de déficit económico en el país y que con ello elevaría el PIB y facilitaría nuevos empleos por causa de crecimiento en ese PIB que a su vez volvería a facilitar el desarrollo que logró el país en épocas de la post-guerra. Siempre fue así en los sistemas feudalistas de mercadeo, los ricos temían perder sus riquezas, si invertían o procesaban emergentes innovaciones. Eran cobardes como inversionistas. Como ya Donald Trump se vio envuelto en una mala experiencia económica que lo llevó a la quiebra, teme que vuelva a ocurrir. Es por ello que se inclina al proteccionismo enclaustrado en el arcaico sistema feudal. Entonces, decidido a llevar a cabo su reciclaje económico se ha lanzado a esa guerra contra los países que aprovecharon el neoliberlismo y la globalización de mercado que paradójicamente se inició en el mismo Estados Unidos de América elaborado desde los años 60 del Siglo anterior, el Siglo XX. Pero, ya es tarde para regresar al sistema feudal porque el mundo económico globalizado se entronizó y llenó muchas expectativas en el mundo. Por ejemplo: Todo ejército laboral en cada país del Orbe encontró alivio en la creación de empleos facilitados por el neoliberalismo y la globalización. Ya escribimos que los ejércitos laborales crecían extraordinariamente y esas fuerzas exigían a las malas ser empleados por los gobiernos, en vista de que las demagogias políticas consignaban en promesas de empleos sus retóricas eleccionarias. Debido a esas presiones insidiosas de las crecientes fuerzas laborales, no quedó más opción a los gobiernos que facilitar infraestructuras, desreglamentaciones de aranceles aduaneros, desreglamentaciones de los mercados laborales, infraestructuras viales a nuevos inversionistas extranjeros que llenaran el vacío que en cada país se producía debido a que los ricos del patio no eran innovadores y pretendían dar continuidad a sus sistemas feudalistas de reciclajes de las economías, a sus sistemas proteccionistas por miedo a las competencias. Está claro entonces, que el neoliberalismo globalizado sí llenó grandes expectativas y sigue llenando otras nuevas expectativas a través de los acuerdos globalizados que hoy son rechazados por EE.UU. en la figura tradicionalista de Donal Trump. Todo esto es más complejo de lo que parece.
Desde que los países del Mercado Común Europeo (MCE) se propusieron la integración en un bloque Universal hoy conocido como La Unión Europea y con ello la eventual Instauración y colocación de una moneda como divisa única hoy conocida como Euro, saltaron las alarmas en Estados Unidos debido a las implicaciones que conllevaba la utilización en competencia abierta contra la divisa tradicional de este país, de esa nueva divisa, El Euro. La instauración del Euro implicaba pérdidas económicas para Estados Unidos en todo el trasiego mercantil que seguirían llevando a cabo los países del anterior Mercado Común Europeo (MCE), esta vez sin tener que pagar intereses caros por uso y manejo del dólar en transacciones y por los intereses de intercambio de divisas por monedas domésticas de cada país. Este anterior intercambio representaba una presión económica en el trasiego Internacional de mercancías provenientes de distintos destinos europeos incluyendo de ultramar cuando fuera de Inglaterra, Irlanda y eventualmente desde Asia, África y Las Américas. Este intercambio de divisas implicaba encarecimiento en las ofertas de bienes y desde que fuera instaurado el Euro ya esa influencia estadounidense sobre las economías europeas dejaría de ser.
Saltaron como digo, las alarmas en EE.UU, y el presidente en aquél entonces William Jefferson Clinton fue asesorado sobre toda supuesta implicación del Euro como divisa en guerra y competencia Internacional con el dólar. Incluso, algo que nadie ha escrito tiene que ver con la guerra en Irak y las intenciones tras ella, relacionado con esta competencia visualizada como guerra económica en EE.UU. contra La UE. Voy más lejos, que durante disertación de varios representantes de La UE llevada a cabo en El Colegio de Abogados de Puerto Rico, éstos expusieron que los países miembros de La UE que estaban afiliados a La OTAN, se independizarían de este Organismo, porque Europa deseaba formar su propio ejército. Participé en esas disertaciones y en rueda de preguntas y respuestas sobre la Instauración del Euro dos años más tarde y sobre esas intenciones propuestas de formar nueva e integrada Fuerzas Armadas Europeas. ¿Qué hay con todo esto?. Lo que hay con ello es, que la entrada a Irak de todos modos tenía un móvil sobre el cuál nadie ha escrito: Tomar el poder en Irak y desde allí dominar cualquier escenario bélico contra la UE en caso necesario. Tener dominio hegemónico del poder, por el poder mismo en áreas petroleras, desde las cuales controlar movimientos bélicos por parte de La UE. Pero…¿porqué debía ser así?. Sencillo, porque ya La UE era un enemigo solapado cuyas pretensiones se evidenciaron desde que el primer Ministro de Francia Jaques Chirad viajó a proponer integración al BLOQUE DE LA NUEVA EUROPA a Sudamérica y a desdén de la unipolaridad estadounidense blandida como aprehensión en 1996. En aquella ocasión Chirad viajó a Venezuela, Brazil, Argentina y Bolivia con su proposición. Un año más tarde, William Jefferson Clinton viajó a los mismos países a proponer la Integración a un Área de Libre Comercio para Las Américas (ALCA por sus siglas en español) con Estados Unidos a la cabeza. La guerra económica entre la UE y EE.UU comenzó en aquél entonces y se recrudece ahora con la imposición de nuevos aranceles a los productos de importación y exportación trasegados entre Europa, EE.UU., La China, Rusia, México, Canada, La India y otros países del orbe. ( continuará)
