
LOS COMENSALES
Se acabó el festín. Los comensales han dejado sobre las mesas los huesos descarnados. Las egolatrías voraces lo han consumido todo, hasta más allá de apetito racional. ¿ Qué hay para mañana ?. Las despensas estan llenas de nada, solo hay espacios vacíos. Las esperanzas se diluyen, ausentan o están distantes. Tan distantes que hasta el futuro se desgasta porque se degustan sus prerrogativas en los comedores de usufructo. Es a causa de ello que las preocupaciones vuelan en vaivenes como mariposas buscando donde libar, más no hay asiento para ellas porque hasta las flores han sido marchitadas de su esplendor La depredación y sus diversidades dan cuenta de tales atrocidades.
Y de pensar, nada es igual, que los laureles están dormidos y los sauces lloran desconsolados el abuso y el relajo de los repartidores. En los areópagos se reclaman todos los beneficios para pocos beneficiarios y se cuecen habas para las demagogias retóricas, de tal suerte que el reparto vaya en manos llenas a bolsillos y vientres ajenos a la necesidad alimentaria. Los intereses son blandidos como espadas de dos filos y el leonismo se apodera de lo equitativo para solaparlo y ser injustos. No hay vendas en el rostro de la justicia y las balanzas de ésta se inclinan cargadas dependiendo de a quién se trate o a quién se ajusticie. La prudencia de juris está en entredicho por causa del tráfico de influencias.
Llegan de lejos algunas misericordias, pero en común contubernio las arcas de los ladrones aumentarán del presupuesto sus caudales. Aún así, dejarán caer migajas como dádivas de menosprecio. ¡ Raza de víboras, émulos de Satanás padre de todas las miserias del espíritu !. ¿ Porqué son tan despreciables ?. Asqueando el faisán tipifican sus ambiciones de poder, para poder esquilmar insufribles a sus congéneres. Ciudadanos comunes cargan en lastres las fantasías viciosas de los ladrones, usufructuarios del sudor de todas las frentes. Crédulos y partidarios inocentes de malos manejos de la cosa pública , de malos manejos de la honestidad y que les llaman “ honorables “ desconociendo la falta total de méritos para tal prestigio en ellos.
Y de megalomanías no hablar, que Séneca se queda corto en su cinismo, ni aún por inteligente y superdotado, no así esta pléyade de megalómanos ignorantes duchos en la facultad del subterfugio que se jacta en escarnios desde sus pocas capacidades para los asuntos, con burdas patrañas disfrazadas de voluntades burlando la pasividad de los hijos de morfeo el dios del sueño, que impedidos para el despertar yacen inertes con los pies en el aire para no pisar en firme al patrio suelo. Hace falta un roto para un descosido dicen, que galeones , estímulos no repartidos, bingos y loterías son de común el mercadeo de las facultades para legislar el usufructo. Mientras tanto, seguirán cayendo migajas desde las mesas de los comensales, y el pueblo recogerá pasivo, indolente y permisivo las migas del menosprecio, a sus capacidades de entender lo que sucede a grandes alturas, en donde los dioses del Olimpo se disputan los manjares que pagan con creces los adoradores fieles en esta desdichada tierra. Tierra en la que criminales perversos, vividores que deshonran a su feligresía y hasta a su propia condición de seres humanos, son los únicos que tienen el derecho a su favor. A pancho el matapuercos, chencho el leñero y a Juan del pueblo les asiste lo ínfimo del poder, la justicia, y el derecho. Ironía patriotera de los mal llamados líderes en este maltrecho país: Venezuela.


