
IDENTIDAD EDUCATIVA

Hay países en los que las mediocridades conceptuales son sub-productos de educaciones magisteriales, por ser éstas a su vez producto de sistemas informales malversadores de la educación docente entre ciudadanos que son prospectos al profesionalismo, y por carecer de buenos elementos culturales a pesar de que son países que poseen vivencias histórico-sociales muy prolíficas. Esta circunstancia obedece a que el vulgo (la plebe) es súper- mayoría y es la que ha estado inmersa en todos los episodios y procesos históricos, es la que ha hecho historia para mejor describirlo. Y, si el cúmulo de vivencias se adquiere en los medios en que el vulgo es quien ha forjado los hechos que son historia, no se puede esperar manejo apropiado de las educaciones docentes. No existe la emancipación del hombre, ni siquiera en los campos que se suponen llenos de ricas experiencias, aleccionadores y encauzadores hacia las adquisiciones deseables de culturas con buenos haberes. Un estatismo conceptual cargado de equivocaciones, de prácticas indisciplinarías, de mediocridades, tabúes, misticismos religiosos y de legados idiosincráticos torcidos, mantiene la vigencia de todo lo retrógrado como por tradiciones reglamentarias e inmersiones existenciales. Es un fenómeno al que se le puede llamar Síndrome de la Ignorancia Patética. Pero ser dueño patrimonial de un mal de siempre, siempre impedirá la emancipación cultural y en cambio, siempre será piedra de tropiezo en el campo educacional, como para que se perciba un logro porcentual en todo aspecto cultural. Es el caso aplicable al hombre y mujer dominicanos. Desde antes del año 1492 en que la ignorancia indígena les impedía ser suspicaces y cautelosos fue evidente este fenómeno. Tanto, que al llegar los españoles a invadir sus tierras fueron considerados como amigos y cándidamente les recibieron con músicas en las tierras de lo que es hoy La República Dominicana a la que llamaban Quisqueya y que luego fue bautizada como La Española por los invasores. En la Isla de Boriquén otro tanto, salvo por algunos episodios de enfrentamientos por ejemplo el del Cacique Cacimar con un español en la Isla de Vieques, hoy parte del archipiélago de Islas puertorriqueñas. Es propio indicar, que los actuales pobladores de República Dominicana no son una raza indígena autóctona debido al fenómeno creador de una raza híbrida provocada por el cruce étnico entre españoles, franceses, italianos y portugueses con los indígenas y con los esclavos africanos tomados de sus tribus a la fuerza y sometidos por los invasores a trabajos forzados en La Española. Aclarado esto, para que se entienda que los hijos de La República Dominicana son ascendientes de los invasores y que una mezcla de apellidos es patente desde entonces en este país. Aunque hay descendientes de indígenas no establecen diferencias segregacionistas entre los pobladores. Se desprende de todo ello, que si los invasores europeos fueron de lo peor en términos sociológicos, eran una claque de individuos de la plebe europea y por lo propio, sus idiosincrasias carecían de apoyos culturales con buenos haberes y eso legaron a sus hijos que hasta el día de hoy, a principios de Siglo XXl, rezagados y poseídos de tal naturaleza idiosincrática, no han logrado emanciparse de ella. El profesionismo en República Dominicana es harto deficiente con extrañas excepciones. El idioma español como lengua materna prevalece por sobre cualquiera otra, es la lengua oficial. Sin embargo, el hombre dominicano no sabe comunicarse eficientemente en su idioma ni verbal ni por escrito. Cuando escribo esta aseveración lo hago basado en que el vulgo es super mayoría y esta mayoría fue la que hizo historia en todas las épocas en República Dominicana. El pequeño grupo aristocrático fue protagonista pero como terrateniente, potentado y miembro de una burguesía a la que solo le interesaba explotar a los esclavos indígenas y africanos, amén que al propio individuo sin identidad dominicana pero oriundo del país, inmerso en la figura política de La Española. Los dominicanos no llegaron a ser nacionales de La República Dominicana, hasta que ser ciudadano dominicano fue una opción socio-política. Los ciudadanos de La Española llegaron a ser dominicanos a partir de su separación de La España boba y del yugo haitiano en 1844. Fue para ese entonces que los dominicanos adquirieron la dominicanidad. Actualmente el profesionista dominicano en cualquier campo profesional no sabe utilizar su propio idioma como lenguaje de expresión comunicativa, y cuando se trata de la escritura, es muy evidente la deficiencia en la práctica. El Código Penal de La República Dominicana es una muestra de ello. Obviando sintáxis, prosodias, ortografías y analogías, los textos en tal Código dejan mucho que desear respecto a escritura conceptualmente impresa. Y como reseñado arriba, cuando se trata de la comunicación verbal se hacen obvias las lagunas comunicacionales, aún entre egresados de Universidades.
