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DEUDA CURRICULAR-PARTE ll-lll

Fui retado por un amigo, estudiante de abogacía a ver con mis propios ojos que después de pasado un tiempo relativamente corto, las cosas ya eran diferentes, que se habían tomado cartas en asuntos de orden y respeto por las solemnidades protocolarias en las salas de audiencias. Lo puede en dudas y le prometí volver a conocer sobre ello. Tres días después acudo al Tribunal de marras a observar y tomar notas. Observé que en una sala de lo criminal con las puertas cerradas por la naturaleza de su fabricación, entraban personas. Me indicaron era sala procesal de criminales imputados de delitos y que en ese momento se ventilaba un caso. Entré y enseguida pude percatarme del ruido extraordinario que producían los goznez de la puerta al abrir, algo completamente contraproducente en una sala en audiencia, que estaba llena a capacidad y por sobre ésta dicha sala, que había personas sentadas sobre los descansa brazos de los asientos, otros permanecían parados. Varios abogados observaban el proceso sin estar formando parte en el proceso, simplemente observaban o seguían el proceso. Se trataba de imputado de violación contra una menor de edad en circunstancias agravantes. En el estrado un Juez, una secretaria, un Fiscal y por el lado derecho dos abogados, uno de ellos de la defensa. Mientras discurría el proceso, cualquiera que deseara entrar a la sala, simplemente abría y el ruido infernal en la puerta se escuchaba como un chirrido molestoso cada vez. En momento determinado del proceso se hacía la gestión para que el imputado contestara algunas preguntas específicas. Algo así como un impasse entre abogado de la defensa y Fiscal se produjo por falta de entendimiento procesal. Uno de los abogados presentes en sala acudió en auxilio de ello, proponiendo respuesta jurídica acertada para salvar el impasse. Luego, minutos más tarde entra un hermano del acusado y sin mediar permiso interrumpió la audiencia proclamando no de buenas ganas, que su hermano era inocente. Tras esa intervención salió sin ser  llamado por desacato a la Corte. No me sorprendió por todo lo presenciado hasta ese momento. El proceso judicial se llevaba a cabo con altas y bajas, hasta que el Magistrado tomó la determinación de posponer el juicio. Sin comentarios, todo lo viciado en el proceso fue evidente.

 

TERCERA PARTE

 

En esta ocasión asistí como dicen, por carambola, a un juicio de lo Civil en donde en donde se ventilaba una disputa entre vecinos. Se trataba de dilucidar una culpa entre acusado y acusador en el litigio de carácter doméstico, un caso de familia como lo definen en los ámbitos legales. Trataba sobre el hecho de que un perro cuyo dueño era el vecino inmediato de una familia adyacente, entró al hogar de la acusadora y tomó de la mesa del comedor un almuerzo que esperaba por su dueño, el esposo de la Señora que se quejaba. Este litigio fue de corta duración, pero me sorprendió el fallo de La Corte: La acusadora fue condenada a pagar una multa y los costes correspondientes a los sentenciados o hallados culpables. Resulta que la Señora sentenciada, no debió tener facilidades disponibles para que el animal entrara a robar en su propiedad. Mi sorpresa radica en el hecho de que quien posee mascotas, debe asegurarse que esta no represente  amenaza o peligro para los ciudadanos y vecinos. Sin embargo en este caso los afectados resultaron ser culpables de tener un almuerzo sobre la mesa del comedor permitiendo que un perro de cuenta de él. Entiendo que el aparato Judicial no cuenta con tantos Jueces como necesarios en La República Dominicana y que por ello, son nombrados extra-oficio, individuos con algunas reputaciones en pequeños pueblos, que luego deciden traficar con sus influencias de manera ilegal, voluntaria y maliciosamente. Sucedió  en la ciudad de Nagua, provincia María Trinidad Sánchez, República Dominicana hace relativo largo tiempo.

 DUBITACIONES- ENSAYOS

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