CARTA ABIERTA A RAMOS ALLUP Y CAPRILES: 
En estas dos semanas pasadas, he hecho cuanto podía para adelantar la causa opositora, en una lucha desigual conmigo mismo. He sido ambivalente con respecto a estar inmerso en dos aguas luchando ya sin convicciones y tan solo con el dolor de los familiares de los caídos. Hoy, precisamente hoy, cuando escuché tus retóricas huecas y las de Capriles, comprendí que ya mis esfuerzos no valían la pena. Hoy me he percatado que puede más la retórica y las malas intenciones del enemigo impertérrito e inamovible, que la voluntad de los líderes que tropiezan adrede en la mitad del camino. Hoy, he tenido que percibir que ante la vista del mundo, ya no es lo mismo, ya no es igual. Por más que intenten asegurar sus conveniencias, que no parecen ser las del pueblo que los eligió, el desface ha desalentado y dividido las voluntades del pueblo. He quedado hoy convencido una vez más de que más vale una traición, que el sacrificio de los que creyeron en ustedes. Será obvio el fracaso porque se vislumbra. Y se vislumbra, porque las confabulaciones a espaldas del pueblo nunca serán consideradas buenas de cara al riesgo de perder su confianza, cosa que ha ocurrido. No ocurrirá lo propuesto como estrategia, porque ha quedado clara una mayor capacidad del enemigo y sus asesores. Ello, porque actúan sin escrúpulos, sin bondades ciertas, antes con las demagogias que les enseñó Satanás el padre de la política, que a su vez es el arte de engañar a las multitudes. Lamentablemente para con estas lides, poseo criterios propios y usualmente firmes, porque soy un libre pensador, escéptico y más suspicaz que lo que es ordinario en muchas personas. Percibo ya que todo el terreno ganado está perdido por la permisividad, leniencia, confabulación y hasta contubernio llevado a cabo sin que el pueblo tuviera conocimiento. Que ante la disyuntiva surgen explicaciones acomodaticias, bien por ustedes, pero creo que han perdido la confianza y la fe de muchos en el mundo. Muchos, que han quedado anonadados, estupefactos y desilusionados. Lo siento, es la verdad que se percibe, se escucha y se siente en el espíritu de los ciudadanos del mundo y de muchos de los sacrificados. Ahora la enmienda consiste en alegar bondades y estrategias en las decisiones. Sin pedir perdones me atrevo a inferir y por lo visto asegurar que si no viene un remedio de parte de Las Fuerzas Armadas para Venezuela o por parte de una intervención extranjera, Venezuela está abocada a soportar las inclemencias del sistema neo-comunista el que sin dudas, Ustedes ayudarán a implementar. Ayudarán, no porque quieran, sino porque serán obligados a sangre y fuego. Pero lamentable, que cuando quieran acudir a ese pueblo que abandonaron, ya no habrá pueblo que los respalde. No tengo reparos en escribir... que lo han echado todo a perder. Ya se observa el triunfalismo neo-comunista, la euforia de los vendepatrias, de los delincuentes, de los que han desgraciado las vidas de los venezolanos, de los violadores de La Ley, de los prostituidores del Derecho en todas su manifestaciones, de los ególatras, asesinos, genocidas, criminales de lesa humanidad, de los que no tienen escrúpulos ni reparos para asesinar en las calles a sus propios hermanos, finalmente, de los que los llevarán a ustedes como corderos al deguello... voluntariamente.