El cielo…la tierra, el infierno. De la admiración… al desprecio. De la mirada... arriba a abajo, de principio a fin. Desde el pelo… al desaliño  y hasta la caspa. Desde el  rostro…al desaliento, y la vejez. De la boca…… hasta el aliento, el pulido de una sonrisa y la prueba. De la Nariz…el pelo asomado, y las miserias ocultas. De los brazos… a la resequedad de la piel. De las manos… el lavado. De las uñas …el percudido, el largo. Del cuerpo… a la inquietud del baño y la prueba. Del vestir…al prototipo … al engrosamiento, al modelo, al sobrepeso, la prueba y la camisa. Del sexo… a la abstinencia …a la huida, el rechazo, la excusa, la distancia. De los pies… a los efluvios y el rechazo a las  chancletas. De los viajes… a las imperfecciones del ser y estar. Del almuerzo… a los excesos del condimentos. De las dubitaciones… al desencanto, la resignación y la tristeza.  Del sueño profundo... hasta la  angustia, el sentimiento, las aprehensiones y la desesperanza. Alfa y Omega del amor que sobre ascuas que flaman trepidan en los pensamientos, llevando consigo a la distancia un punto, razón de dos líneas que como huellas  se juntan paralelas desde un momento hasta un más allá. Un punto  viaja sin alforjas y sin destinos, a pie, de espaldas y sin voltear, sumergido en lágrimas resignadas. ¿Que no entendiste?. No sucederá si no te empleas en ello. Pero, si tratas, es probable encuentres alguna explicación. Lo mismo me ocurrió cuando niño al leer una fábula sobre la cual no entendí nada en absoluto. Pasados muchos años, un día pude darme cuenta que la fábula poseía extraordinaria enseñanza y que trataba sobre el sentimiento más hermoso que tiene el Ser humano a su disposición: El amor. Fue un logro inmenso, porque a pesar de los años transcurridos, nunca olvidé aquella incógnita metafórica de la leyenda y parece que mi sub-consciente siempre buscaba una respuesta sin que yo estuviera enterado de ello. Desde entonces, nunca dejaré de agradecer a quien se dignó escribir aquello que no entendía, tal vez pensando en que un día cualquiera de mi vida llegaría a comprender. Fue así. Ese día llegó tras muchos  años de espera. Bendita sea esa fábula por medio de la cual aprendí algo de lo más hermoso que ha pasado por mi vida: Aprender donde están y cuales son las consistencias e inconsistencias del amor. Cómo logramos crear con actitudes como herramientas las quimeras del alma y las nostalgias del espíritu en medio de una relación sentimental que se autoproclama producto de la verdad e inherencias cualitativas del sentimiento. Razones que utilizan guijarros para hacer que observes los caminos por donde transitas en peligro.