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INFIDELIDAD  IV

Basta que haya un ligero envolvimiento en determinado gusto carnal y de que no se halle nada malo en ello, para que se abra un canal de deslealtad que inevitablemente produce infidelidad.

Cuando se es muy permisivo con las insinuaciones, con el relajo promiscuo, con las bromas promiscuas y a esto no se le pone coto y se entiende que no hay  parámetros, el juego de inocencia y permisividad se va profundizando y puede que alguno haga el experimento a ver hasta dónde es posible llevar las deslealtades. Demasiadas veces el libido hace su aparición y con este el deseo. Tras el deseo la interacción e inmerso en ello, la infidelidad. Ocurre, cuando no hay respeto por la persona que siendo el cónyuge está ajeno o ajena a la existencia de esa clase de permisividad y relajo, porque estos se lleven a cabo en su ausencia.

Algo más extraordinario ocurre, cuando a una de las partes no le interesan las actividades de la otra, no desea enterarse sobre lo que podría ver en el interior del espíritu de su consorte, que por ello resulte en apatía concluyente y desvinculante. Esta apatía luego produce un vacío que se busca llenar con  simpatías en otros espacios ajenos y con personas ajenas. Es un lazo que se auto-coloca una persona, para buscar en otros ambientes rellenar el espacio creado adrede en donde vivir las vidas de otras personas, ser condescendientes con esas otras personas y entregarse a las vivencias de esas otras personas hasta que se produce allegamiento a la afinidad sexual y hay un rompimiento buscado y encontrado, que atenta contra el débito conyugal apropiado. Esto pudiera ocurrir tras las búsquedas de oportunidades para la interacción. Interacción que puede haber sido buscada sin un tipo específico, pero con un prototipo que caracterice la figura sexual y en ella las deseabilidades anheladas. Se trata de hallar no a un tipificado individuo sino a  tipificadas características que son propias de las deseabilidades de la otra persona, y conforme a sus interacciones sensuales, sin que importen otras características o rasgos físicos. A veces parece inverosímil el prototipo llevado al acto de infidelidad, tan solo por el cultivo de anhelo por la concupiscencia.

Las prioridades de carácter sexual, los anhelos y las vehemencias sexuales, sus cuantías y periodicidades inducen muy frecuentemente a buscar satisfacciones escondidas que se dan por necesarias. Ello, porque no hay abstenciones normales, porque de todas maneras son buscadas, porque el libido es fuerte y el espíritu débil y desde estas premisas se llevan a cabo las relaciones sexuales ocultas, cuando no sea conveniente el descaro o la osadía por temores al menosprecio y al estigmatismo creados  adrede.

El rechazo a la contribución de llenar expectativas bajo cualquier premisa permitida dentro de las relaciones va haciendo espacio a la duda, sobre cómo y porqué de cada excusa y si todas las explicaciones tienen su asiento en la verdad; si realmente existen otras motivaciones lesivas a los intereses del espíritu, a los intereses de sana convivencia, a otras realidades distintas o si son producto de desagravios para no empeorar las cosas. En caso de no ser honradas y honorables las explicaciones, siempre habrá un espacio para buscar y encontrar relaciones que aunque no sean promisorias, sean válvulas de escape para dejar salir el contenido sexual cohibido adrede por rechazado. Es cuando se llevan a cabo los actos impúdicos y concupiscentes de la infidelidad y es cuando la lealtad se convierte en traición.

Es necesario aclarar, que las infidelidades no penden necesariamente de los deseos carnales. Demasiadas veces se es infiel hasta desde un punto de vista espiritual. Ello, porque la carne es co-dependiente del espíritu y este se halla inmerso en las deseabilidades de la carne. Sin embargo, tras un acto impúdico e interacción concupiscente no solo se siente inculpado el espíritu por los actos de deslealtad, impudicia o infidelidad, sino que por las angustias que ocasiona en otras personas y en sí mismos. La traición es más dolorosa al espíritu que cualquier interacción desleal o vehículo usado para llevar a cabo la infidelidad. El amor y sus deseabilidades cualitativas es supeditado con demasiada recurrencia a la satisfacción carnal, a la complacencia que expone infidelidad y deshonra. Se trata de falso sentimiento e interactividad lesiva al respeto y dignidad de quien confiando en el cónyuge es defraudado con este tipo de alta traición.

 DUBITACIONES- ENSAYOS

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