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INFIDELIDAD  II

obviamente el otro un pretendido. Desde una de estas premisas se perciben circunstancias que pudieran también reflejar trastoques eventuales en las relaciones si las prerrogativas dejaran de existir por algún motivo ajeno a una de las partes. El sentimiento que se circunscribe a las relaciones entre parejas conyugales para ser deseablemente cualitativo, debe estar asido de los principios que conducen a la perfección del ser, a los principios esenciales que lo definen sufrido y benigno. Esta condición permite mantener la relación marital hasta las últimas consecuencias o el desenlace por causa de muerte. Y ha ocurrido en ocasiones que hasta más allá de ello. En ocasiones, la parte que sobrevive a la otra que muere, ha guardado en el espíritu la grandeza del sentimiento y este ha traspasado fronteras acudiendo al resguardo del amor como un tesoro apreciado y que no se desea perder o cambiar. Viviendo entonces lo sublime del recuerdo, ha ocurrido que la parte que sobrevive no desea trastocar lo que fue cultivo de amor con principios en una muy buena relación marital. Es, que el amor no está circunscrito al sexo, a las voluptuosidades ni al libido carnal, porque si es bueno, sabe trascender más allá de los deseos carnales. Es por ello que el amor puede ser camino a la perfección.

Ahora… poseyendo tres elementos de juicio, pero no por lo patente, sino por algo intangible en la conciencia que ofrece apoyo y fortaleza al espíritu, el sentimiento puede ser bueno por sublime o malo por concupiscente, o por morbo libidinoso. En las idiosincrasias de las personas se acumulan vivencias y penden de estas las culturas y en consecuencia las idiosincrasias. Si respecto a interrelaciones o a relaciones interpersonales  hemos tomado posesión de vivencias con buenos haberes conceptuales, tenemos altas probabilidades de servir bien al sentimiento y a la persona que nos acompaña por el trayecto de la vida. Sin embargo, esto no es un sello de garantía, porque de muchos aspectos penden las relaciones, que no tienen nada que ver con los principios del amor como sentimiento. Las afinidades, las confraternidades, la concordia, las costumbres, pueden ser escollos que hagan daño a una relación. En principio hacemos milagros, para que todo sea como deseado. Es por ello que demasiadas veces vemos con el color del cristal con que deseamos ver, y lo que vemos es por egolatría lo deseado. Deseamos que todo parezca color de rosa y buscamos un lente color de rosa. No ocurre esto, cuando las pautas que se siguen son por naturaleza del sentimiento, las que conducen hacia las bondades y sus principios inherentes. Es por ello, que si de manera natural el sentimiento motivado va asido del sentimiento natural razonado tendrá consigo los principios bondadosos y cualitativos que conducen a la perfección y por ende a la durabilidad y eternidad del amor. Aunque el físico de la carne muere, el amor nunca dejará de ser eterno porque es intangible. Aunque uno de los consortes sea infiel al otro y haya separación eventual hasta la muerte, el amor sigue su curso porque es esencia y virtud, es espíritu… es Dios.

Como el ser humano lo es por causa de la carne y esta es servida por el espíritu, el cual le sirve como auxiliar por conciencia y selección hay co-dependencia. La carne depende del espíritu pero el espíritu no depende de la carne. La carne es corruptible, en cambio el espíritu es incorruptible. La carne fue creada y dotada de placeres. Y por medio de muchos mecanismos fisiológicos y algunas contribuciones del espíritu, la carne se combina y recibe complacencias a tenor con las consecuencias del libido y eventuales interacciones sexuales. Hay un fenómeno que sirve de vehículo para la infidelidad. Cuando una pareja contrae nupcias y se prometen fidelidad, lo hacen amparados en las premisas que dieron formas a las relaciones interpersonales entre ambos. Todos los elementos constitutivos en los órdenes sociológicos parecen llenar las expectativas de convivencias. Hay al parecer avenencias, confraternidades, similitudes, concordancias y apreciaciones mutuas. Sin embargo, cada uno fue ocultando posibles disparidades, incongruencias, desavenencias y ánimos diferentes. Cada uno oculta sus aprehensiones, suspicacias, algunas costumbres y hasta sus egolatrías. Es como si en el camino trazado hubiesen bifurcaciones a tenor con malformaciones que cada uno oculta en aras de la funcionalidad y el éxito marital. Pero ocurre lo inesperado: Las avenencias se ven trastocadas por voluntades desconocidas, por intereses desconocidos, por costumbres desconocidas, culturas

 DUBITACIONES- ENSAYOS

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