Alegoría: Dicen de la gatita de María Ramos que gusta lanzar las piedras y esconder las manos. Primer artículo de una serie dedicada a las miserias del espíritu en defecto y en virtud de las voluntades de cada  uno. En defecto: del sayo a quien le quede y corresponda. En virtud: Aleccionadora para cristianos sinceros que honran a Jesucristo con honestidad. Favor re-enviar para concienciación a toda persona que sea profeso de una fe religiosa. Este artículo pretende ser genérico salvo al menoscabo por señalado para cristianos confesos y feligreses en la fe católica que no responden con vivencias a las expectativas y deseabilidades del Cristo resucitado respecto a ello, especialmente....los que practican las endechas.

 

LAS ENDECHAS

 

En el compendio de un refranero popular no faltará la cita que reza: del dicho al hecho hay un gran trecho. Con este refrán se tipifican acciones circunstanciales que colocan en entredicho las naturalezas de autoproclamados cristianos, de cara a la negación de postulados hoy revestidos de caridad  pero encauzados realmente  sin las virtuosidades  carismáticas que hacen de la sinceridad algo honroso para un Dios al que no se puede engañar de todos modos. Se puede fingir ser cristiano y engañar a un ser humano imperfecto, pero no se podrá jamás elevar las instancias religiosas ante Dios por falta de virtud y amor, debido a que el pecado, aunque no se ve permea todo el espíritu de una persona si resulta ser de esta manera. La hipocresía forma parte a veces de una cultura adquirida por causa de morbo mefistofélico a través del tiempo y por causa de acciones encaminadas a opacar el brillo de quienes no necesitan  envidiar las posiciones profesionales de otros para precisamente brillar. Hay personas que no necesitan transitar por caminos nebulosos para proyectar su amor natural a través de las comunicaciones. Es por ello que muchos serán los llamados y pocos los escogidos.  No es carisma de quien quiera que posea miserias en el espíritu, hacer envíos de caridad si una conducta idiosincrática de mala voluntad está detrás de una persona desamorada. La confesión de un “ mea culpa ” en eucaristía no garantiza el perdón si dentro del espíritu hay oscuras voluntades contra congéneres. El deseo de usurpación y la egolatría es como un pecado agazapado que deja mucho qué desear en personas que quieren proyectar virtudes que no poseen, con aptitudes que pueden ser parte de un profesionalismo, pero que no forman parte intrínseca en los postulados del argot comunicativo por carecer de naturaleza amorosa y de buenas intenciones. No puede ofrecer amor quien nunca ha poseído ni siquiera retóricamente a Dios. Es por eso que “ del dicho al hecho hay mucho trecho ”. Lanzar al aire una voz hueca, dejando el espíritu agazapado tras un parapeto morboso por falta de sentimiento amoroso y cristiano es de por sí pecaminoso porque la honestidad, la sinceridad y el apego a las inherencias del amor cuya esencia está en Dios, son esenciales para proyectar precisamente a Dios.  Y si dentro de los fieles se hallan los infieles hay contaminación de la fe por los agravios implicados en ello.

   El contubernio malicioso es dañino sin dudas. Para un contubernio, el mínimo de participación es entre dos, pero las animosidades, al coexistir se integran y llegan a formar parte de un solo frente. Así, inmersos en el pecado y sus interacciones de mala voluntad van labrando el morbo contrario al amor personificado en Dios. Ganar galones a expensas del contubernio encauzado en la dirección de un menosprecio no es propio de gente digna y mucho menos honrosa. “ Ser o no ser “ indicó Shakespeare estableciendo las diferencias entre quienes no son aunque lo intenten o  traten de engañar, y los que sí son por causa de amor natural, empatía y condescendencia. Onomatopeya de la voz de un discurso que va cargado contra Dios aunque se usen palabras y retóricas disfrazadas de religiosidad y amor cuando el verdadero traje se oculta detrás de todo ello y dentro del espíritu no hay nada qué buscar que sea honra para El Cristo. De esa manera nunca lo complacerán, antes mal quien saldrá complacido será Satanás. De manera que hacer de discípulo solapado de él con el morbo  y la envidia a cuestas tiene en algún momento su premio: la muerte eterna en el infierno. Esperé paciente este momento para tomar una foto reveladora y exponer un perfil idiosincrático usando símiles tipificaciones, a tenor con los aspectos sicológicos que se han podido vislumbrar con meridiana claridad a través del tiempo en personas que alegan ser cristianas. El mal de fondo está en el corazón de las personas cuando con un morbo mefistofélico producto de la envidia y la creencia en una superioridad profesional, se dedican a lanzar miradas aviesas de mala voluntad contra incumbentes en posiciones deseadas por envidia. “ Caminante no hay camino, se hace camino al andar  ”. Así canta y se acompaña con una lírica musical una composición que necesariamente indica que la historia se encuentra en el libro de la vida. Y si las sendas son del trillo nefasto por causa de mala voluntad la historia es un verdadero fracaso y un camino a la perdición. Podemos engañar a un ser humano: A Dios nunca lo podremos engañar.