
AÑO 2016...¿ALECCIONADOR?
Culminado el tiempo que le fue asignado al año 2016 según el calendario gregoriano, sería interesante echar un vistazo retro-introspectivo en busca de sus afectaciones incidentales, sus desazones, sus circunstancias y las experiencias más relevantes que recordamos por sus características de impacto. Ello, so color de retrotraer nuestras vivencias existenciales, analizar y ver cómo dimos a cruel nuestras vidas en los momentos que correspondieron a este pasado año, si sentimos que algo nos colocó en disyuntivas y espectativas incómodas y no fuimos todo lo felices que deseamos ser al finalizar el año 2015 esperanzados en este 2016 que comenzaba en aquel entonces, pero que hace seis meses acaba de finalizar. Podría parecernos un ejercicio futíl porque cada comienzo de un nuevo año hacemos precisamente eso o algo similar. Incluso en la mística tratamos de forzar las venturas con actos de constricción, tabúes y prácticas dudosas como: tirarse de espaldas al agua en el mar, adelantar las sazones de los tiempos con diversas creencias y acciones, pedir un premio en metálico a Dios para resolver problemas del hogar, comer doce uvas a las doce de la noche al minuto de comenzar el año nuevo etc..
Este ensayo pretende hacer llegar al espíritu, sentido verdadero a la vida basado en nuevas disyuntivas tomando como base las vivencias existenciales pasadas, especialmente las que nos efectaron, las que desazonaron a nuestro espíritu, las que nos colocaron a la expectativa por los acontecimientos mundiales, las que nos atemorizaron por impactantes, las que nos sobrecogieron y nos mantienen precavidos, asustados y pensativos en defecto de sus vislumbradas proyecciones. Todas las instancias señaladas en estas pasadas líneas nos colocaron sobre ascuas porque sus implicaciones afectan al corazón, al espíritu y a nuestra propia alma. Aumentaron los suicidios y sus motivaciones se diversificaron, los asesinatos, los asaltos a mano armada, las violaciones, los robos domiciliarios, las vejaciones, el maltrato a niños y mujeres, los abortos, y nuevas modalidades de crímenes se han hecho patentes. Se vivió un estado de terror por causa de la posibilidad de una debacle económica mundial al desplomarse las bolsas de valores y amenazar el hecho con una depresión mundial. La justicia social al parecer se autoratificó en utopía, los poderes gubernamentales fueron y están corrompidos, el usufructo de bienes ajenos, el tráfico de influencias, el oportunismo, el soborno instituido, la ingobernabilidad y otros motivos fueron la orden del día en cualquier país. Las incapacidades no racionalizadoras nos conducen por despeñaderos ideológicos y los caminos no parecen tener atajos. Es como si todas las alternativas hubiesen sido permeadas y saturadas por la mala voluntad de un ser humano deshumanizado, asistido por un ente inicuo al que usualmente llamamos “ el enemigo malo ”.
“ ... no pertenece al hombre que está viviendo ni siquiera dirigir sus propios pasos ” dice la palabra ( Jeremías 10:23 ). Es obvio que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo, como es obvio también que la fe debe tener como base dogmática las expectativas que demuestran y defienden con elementos razonables y fehacientes las esperanzas cifradas en ella. El principio de la sabiduria es el temor a Dios insiste haciendo hincapie en ello la palabra. Si no somos temerosos de Dios y caminamos por “ la libre ” o como nos de la gana, nos autogobernamos, nos autolegislamos y usamos nuestro libre albedrio considerándonos autosuficientes, seguiremos el mismo patrón de vida que usual y comúnmente usamos, el mismo que nos ha inducido a crear un caos en las expectativas de vida, desea. Rechazamos con ello un lugar paradisíaco, deseable, lleno de paz y gozo espiritual. En cambio, si al retrotraer todos los males que nos aquejaron durante este nefasto pasado año 2016 nos percatamos que efectívamente no sabemos dirigir nuestros propios pasos y decidimos que sea Dios quien nos dirija será deber tomar nuestra cruz y seguir los pasos verdaderos con Jesús el Cristo vivificado, El Príncipe de paz que nos ofrece la verdadera esperanza, basada en una fe sin dudas acogida a la vida en ese lugar deseable y lleno de paz... ¡ para siempre jamás !.


